jueves, 8 de noviembre de 2007

Femicidio: la violencia tiene nombre

El tema parece estar de moda, pero no así la palabra que identifica el asesinato de mujeres en Chile, en Latinoamerica y en el mundo. No sólo en Guatemala o México, la violencia hacia la mujer también coexiste en nuestro país. Conoce esta dura realidad para mujeres.
El término "femicidio" no existe en el Código Penal de nuestro país, de hecho recién el 2001 fue tipificado por la ONU, entidad que definió este delito como “El asesinato de mujeres como resultado extremo de la violencia de género que ocurre tanto en el ámbito privado como en el espacio público”. Comprende aquellas muertes de mujeres a manos de sus parejas, ex parejas o familiares, asesinadas por acosadores, agresores sexuales y/o violadores, así como aquellas que trataron de evitar la muerte de otra mujer y quedaron atrapadas en la acción del femicida”.

La violencia de género se debe, según la penalista egresada de la Universidad Católica de Valparaíso, Camila Maturana, a la asimetría del poder y a la connotación social que históricamente ha tenido la mujer, tanto en la esfera pública como privada. Para esta abogada, el sistema sociocultural imperante en Chile es posibilitador de violencia hacia ellas.
La violencia de género durante mucho tiempo gozó de parcial o completa impunidad, ya que según el antiguo Código Penal chileno y de muchos otros países (incluso todavía en Brasil), estimaba que con la certeza y presunción de infidelidad de la mujer bastaba para exculpar o atenuar en gran medida la culpabilidad del asesino.
Además, como afirma Maturana, se veía el problema como una disfuncionalidad aislada, que afectaba a algunas familias y no como un tema de relevancia pública.
El estudio realizado por la Corporación La Morada, llamado “Femicidio en Chile”, causó revuelo en su época. Afirmó que 84 mujeres mueren al año sólo por ser mujeres. Principalmente se trata de personas que provienen de estratos socio económicos bajos, dueñas de casa o con trabajos precarios, al igual que los agresores, quienes en muchos casos son cercanos a sus víctimas.
En tribunales, la funcionaria de la Secretaría de la Corte de Apelaciones de Concepción, Jimena Salvo, dice que en primer lugar es un término demasiado nuevo que no ha sido internalizado del todo en nuestro país y en segundo lugar, aún no se ha incluido en el Código Penal”.
La prensa resulta la única fuente para cuantificar el femicidio en la zona. Los datos encontrados en los artículos de prensa concuerdan con el estudio “Femicidio en Chile” ya que el 100 por ciento de los casos, los victimarios vivían en sectores populares y se desempeñaban en oficios de baja remuneración, como carpinteros, auxiliares de colegio u obreros de la construcción.
Los celos son la principal causa de femicidio en la región. Sumados los maridos con las ex parejas, superan a los asesinos que eran desconocidos para las víctimas.
Para el siquiatra español Emilio Mira, los celos son una compleja y perseverante frustración que se debe a la falta o nula correspondencia del amor. Un celoso pasa por dos etapas, según el especialista. La primera es la duda y la segunda y más peligrosa es la convicción, la cual es una mezcla de deseo de venganza y odio, éste último, la pasión criminógena por excelencia.
Lo anterior se comprueba al analizar las motivaciones de los asesinos, la mitad de ellos reconoció que los celos gatillaron su decisión de matar. Si se cruza esta variable con el método que emplearon los homicidas, la explicación de Mira se vuelve más coherente aún, ya que todos ellos apuñalaron a las mujeres que consideraban de "su propiedad".
Según la definición anteriormente expuesta, los celos son una frustración, por ende, una emoción. Siguiendo al facultativo español, las emociones son “un sentimiento exagerado, que paraliza todo control sobre la conducta y provoca actitudes impulsivas”. Con lo cual el uso de puñaladas en los crímenes, se justifica.

http://www.rompiendoelsilencio.cl/articulos/articulos_1ago07.html

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